Tu yo interior, tu vida. 

Joya que creaba, creía y quería.

Las nubes no iban contigo, 

ellas te huían. 

Aunque te inundaras por dentro, 

siempre sonreías. 

 

Refugio hecho de afecto, nácar y talento.

Cerrabas los ojos pero no dormías.

Yo sin verla ahora me lamento. 

Y sin pensarlo por ella moriría.


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